Como una flor

Como una flor marchita,
como aquélla que ya nadie quiere,
se ha perdido en el bosque
y se ha perdido en la ciudad,
ha abandonado vivir
hasta quedar marchita por dentro
hasta quedar marchita por fuera.

Bastaron pocas palabras
para deducir
que sola se quedaría.
Bastaron pocas palabras
para entender
que ya nadie la querrá.

Mas el tiempo aun no basta
para entender el por qué,
quizás jamás lo entenderá
quizás ese no es su destino
o tal vez marchita lo es.

Sus pétalos aún brillan
el tallo aún es fuerte,
aun así,
en el jardín sola se ha quedado.

Una visión es aquélla flor,
vaciada ha quedado
de tanto llorar,
que se ha marchitado
para no volver jamás
a ser simplemente admirada
¿o es que nunca lo fue?

Quizás desde que su primer pétalo salió
su destino estaba escrito
a perderse en la oscuridad
del bosque y la ciudad,
A jamás entender el por qué
de tanta soledad.

Ella nunca dejará
de gimotear,
por aquél que un día
la admiró,
pero que al igual que los demás,
la olvidó.

Ella nunca olvidará,
el dolor que desde sus raíces aumenta
para hacerse insoportable,
tanto, como para dejar de vivir.

Quizás sus pétalos brillen
pero son los más horribles,
que un jardín jamás ha tenido

Es por ello que las demás
de su lado se separaron,
es por ello que los demás
nunca la admiraron

Como una flor se sentía,
y como una flor se quedó,
quieta hasta morir,
pero no aquella muerte que viene
y se lleva el último suspiro,
sino que aquélla que llega
y nunca te abandonará
aquella muerte,
llamada por la tristeza
de no ser nunca amada...

Acompáñame

Acompáñame un segundo

a contemplar las estrellas,

acompáñame un segundo a mirar tus ojos

a reírme nerviosamente junto a ti.

Acompáñame en mi locura,

en mi viaje interminable,

y en mis eternos sueños.

Acompáñame un segundo,

a estar simplemente contemplando

la vida pasar mientras estás junto a mi.

Acompáñame a sonreir,

a ser simplemente feliz…